miércoles, 6 de julio de 2011

Antitaurinos


Con el paso del tiempo el hombre dejó de cazar, lo que hizo que se reprimiese ese sentimiento de superioridad y valentía, que la adrenalina quedase acumulada. Poco a poco fueron sacando formas de sacarlo fuera, como el "pan y circo" de la antigua Roma.

Ese "pan y circo" evolucionó con los años a lo que ahora conocemos como "corridas de toros". Solo por el sentimiento de superioridad y el placer que produce matar un animal, hemos sido capaces de crear tan brutal "deporte" donde los asesinos y maltratadores son vitoreados como si hubiesen conseguido acabar con las guerras y el hambre en el mundo.

Veamos este "deporte" desde otro punto de vista. Un hombre (o una mujer, aunque de toreras casi no se oiga nunca nada), armado con banderillas y un estoque, va a por un perro, un perro grande y que parezca rudo. Este hombre, armado como ya dije, se dedica a asestar banderillazos al perro hasta que cae desangrado y le clava el estoque y, no contento con esto, le corta las orejas y el rabo. Este hombre, después de lo que hizo, se le considera un maltratador, alguien que no merece vivir por hacer sufrir así a un perro inocente pero, ah, compañeros, ¿No es lo mismo que hizo con el toro? ¿No es el mismo proceso de sufrimiento y dolor que hace pasar a otro animal para disfrutar de asesinarlo y sentirse superior?

Algunos me dirán "el toro tiene una piel muy dura y gruesa", sí, pero eso no quita que tenga terminaciones nerviosas y que no sufra desangrándose por culpa de la sed de violencia de otros, que en su agonia le corten partes de su cuerpo para que las alcen como trofeos.

Incluso desde hace tiempo se hacen controles antidoping, porque antes se drogaban tantísimo que el toro caía por su propio peso al salir al ruedo, se dieron cuenta y dejaron de drogarlos, pero de todos modos se les sigue torturando hasta su fin.

Sí, me direis "matamos animales para comer", cierto, pero yo no disfruto viendo su muerte, yo no disfruto viendo su sufrimiento y doy las gracias de poder comer carne y que, dentro de lo que cabe, el trato hacia estos animales no sea tan brutal. Sí, la carne de toro se puede aprovechar, muchísimo, pero no defenderé jamás que sea esta la forma de obtenerla.

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